Capítulo 11
—Por favor, Jaejoong.
—Compre otro, señor Hola Jaejoong, mira compré una cámara.
— No quería compartir pero ¿Qué culpa tenía él que la bola de nieve cayera del
cono de Changmin?
Jae lamió todo el contorno del helado en sus manos. Changmin lo miro con la boca abierta.
Jae lamió todo el contorno del helado en sus manos. Changmin lo miro con la boca abierta.
Quizás pensando en qué ya no lo querría de esa forma,
sonrió de forma traviesa antes darle una gran mordida. Mala idea. Changmin lo
tomó de las muñecas y lo besó, probando la vainilla de su boca. Sorprendido por
eso dejó caer el cono hasta el suelo. Con los dos brazos casi alrededor de la
cadera del más bajo, Changmin le robó toda la nieve que pudiese con su lengua.
Antes de que pudiese corresponder el beso, lo empujó levemente a un lado como
si el beso solo hubiese sido un medio para conseguirla.
—Eres un...— murmuraba con cierto nerviosismo.
—No me digas que vas a comprar otro sólo para que lo haga
otra vez. —Changmin lamió algunos restos de la comisura de sus labios.
—Deberías.
Jae hizo una línea recta de su boca. No sabía sí llevarse
de esa forma le gustaba o no. Ayer se
habían peleado porqué Changmin habia comprado una Nikon profesional solo porque
la memoria de su celular se habia agotado por tomar tantas fotos. Jaejoong le
habia dicho que no podía comprar algo así de caro por la nada, qué no era tan
fácil, y qué estaba adoptando un
comportamiento derrochador.
Pelearon verbalmente, seguido de los golpes. Hasta que
estuvieron demasiado cerca mientras forcejeaban y tuvieron que continuar la
lucha a besos. Jaejoong se sonrojó al recordarlo. Parecían dos idiotas.
La cámara colgaba del cuello de Changmin. Continuamente
Jaejoong tenía que soportar los flashes sorpresa en su rostro, se avergonzaba
cuando la gente les miraba extrañada por dos chicos peleándose en coreano en
medio de la Ile d Cité.
No quería recordar el pequeño espectáculo que montaron en
Notre Dame, aunque debía admitir que habia sido divertido. En realidad nunca se
habia reído tanto en su vida. Changmin
peleándose con el francés con sancos de capucha roja porque le habia quitado su
gorra como parte del show. Jaejoong defendiendo al chico y luego un Changmin
celoso murmurando cosas como ¿Te
gustó, verdad? Respondeme, Jaejoong, deja de reírte y responde.
Quería quedarse ahí para siempre al lado de Changmin. Paseando por todos lados todos los días. Pero
no, imposible. Mañana tendrían que regresar a Corea. Y la verdad no sabía que
podría pasar después porque obviamente sería más difícil encontrarse con
Changmin sin levantar más sospechas, rumores, escándalos. De solo pensarlo le
dolía la cabeza.
Justo ahora preferiría disfrutar de la vista del amanecer
que le brindaba aquel puente donde ambos
estaban. El pelinegro subió a la baranda de cemento sentándose y punto de
ponerse de pie sobre ella. El sol parecía esconderse entre los edificios
uniformes de hermosa arquitectura. Los extrañaría incluso si solo hubiese
estado ahí durante una semana.
—¡Hey, baja de ahí! — Changmin qué en realidad si se habia
quedado con ganas de comer helado habia regresado al local a comprar uno, le
gritó algo alarmado. Era una estructura vieja además de que la pequeña barda no
estaba hecha para soportar el peso de una persona.
El grito asustó al distraído de Jaejoong ensimismado
al ver salir el sol. Su talón resbaló del cemento frío, se golpeó el
codo y solo pudo aferrarse de una pequeña alineación que sobresalía del puente
con las dos manos.
—No-no te sueltes.
—¿Crees que quiero hacerlo? ¡ayúdame! — Solo estaban ellos
dos en el puente. La nieve derretida hacia la superficie más
resbalosa.—¡C-Changmin!
El más alto se apoyó en la baranda hasta casi el vientre: —
Dame la mano. No, no, mejor no. Puedo alcanzarte — Changmin lo tomó de los
antebrazos. —Cuando te suba tienes que apoyar tus pies en esa figura ¿vale?
—Ok. —respiró tratado de tranquilizarse porque acababa de
ver hacia el rio y se le habia echo terriblemente profundo, ahora no era solo
la altura de casi ocho metros lo que le asustaba, no sabía nadar.
Changmin tiró de él hasta que sus pies tuvieron que
apoyarse en un hueco que tenia la parte
de abajo. Las manos comenzaron a temblarle cuando los codos de Jaejoong se
raspaban cada vez que lo jalaba.
Contó hasta tres en su mente preparándose para hacer uso de
toda su fuerza hasta que finalmente pudo ponerlo a salvo aunque ambos hayan caído hasta el duro
concreto del puente. El mayor se lanzó a sus brazos como un gato asustado,
abrazándolo del cuello fuertemente.
—Gracias, gracias, gracias. — murmuraba.
—Oh, ya cállate. Esta temblando de miedo. — Y no era el
único, Changmin aún podía sentir los
nervios en la nuca hasta llegar a su
sien en pequeños piquetes. —Si vuelves a
hacer eso yo mismo te lanzo al rio, torpe.
—Vi pasar toda mi vida frente a mis ojos. — Pronunció más
calmado después de un suspiro
Changmin recargó el mentón en el hombro, cerrando los ojos
sintiendo la suavidad de la sudadera negra y el cuerpo entre sus brazos.
¿Cuál es tu vida?,
pensó. Recordó la conversación por teléfono
de Jaejoong hace unos días qué
habia escuchado accidentalmente. Quería saber quién era Junsu y porque Jaejoong
le habia dicho que tuviese cuidado. Pero simplemente no encontraba el momento para preguntárselo.
Estaba un poco inconforme. Jaejoong podría saber incluso
como se llamaba su primera mascota con tan solo revisar su perfil en alguna
pagina web mientras que él tendría que esperar a que Jaejoong le contara más
cosas sobre él.
Finalmente cruzaron el puente para caminar por la rotonda
hasta la plaza de greve
—Nombre. — le dijo Changmin mientras presionaba los botones
de la cámara, haciendo como si revisara las fotos.
—Changmin, no me golpee la cabeza.
—Nombre. — repitió.
—Kim Jaejoong.
—Edad.
—¿Qué es esto? Ah, está bien. — cruzó los brazos con media
sonrisa. — Creo que veintiuno.
—Ocupación, color favorito, comida favorita, pasatiempo. —murmuró atropelladamente.
—Ayudante de cocina y mesero, negro, kimchi, ver variety shows—
estaba a punto de echarse a reír al recordar aquella vez en el estacionamiento de esa universidad
como Changmin ni siquiera habia querido
saber su nombre y justo ahora...Era como
un cuestionario.
—Deporte, libro favorito
—Ninguno, ¿la sección de empleo en el periódico cuenta?
—Cuenta.—Changmin
finalmente mostró una sonrisa.— Lugar favorito, artista favorito.
—Paris, Choikang Changmin.
El más alto soltó una carcajada. —¡Hey! Parece que te estas
burlando de mí. — acortó aún más la
distancia entre sus cuerpos.
—¿Ya terminamos? Tengo hambre y quiero
ir a ese carrusel cerca de Notre Dame de nuevo antes de irnos.
Changmin besó sus labios. —No. Quiero
hacer otra cosa.
:-:
Guardó su sombrilla bajo el brazo.
Colgó su mochila al hombro antes de caminar hacia aquel pelirrojo de camisa
negra recargado en la moto.
Desde hace cuatro días estaba frente
al departamento, a veces con los brazos cruzados en las escaleras alrededor de
dos horas desde las cinco de la tarde. Justo cuando Junsu iba apenas llegando
del trabajo. Estaba seguro de que era el sujeto que habia llamado aquel
domingo, el novio de Jaejoong.
Quién habia contactado con él apenas
unos días. Principalmente el pelinegro se habia disculpado por irse sin
avisarle y preocuparle. Junsu no podría enojarse con él incluso si la hubiese
pasado mal por no saber que habia sucedido, al final él estaba quedándose en casa de un viejo amigo.
Nada grave.
Junsu le contó acerca de esa llamada
y de verdad aquello habia asustado al
mayor. Le habia dicho que tuviera mucho cuidado y que lo evitara a toda costa.
Pues bien, Junsu no evitaba los
problemas, absolutamente no soportaría que alguien estuviese acechando su casa
—Tú. ¿Qué vienes a hacer todos los
días aquí? — le preguntó.
—No te importa. — aquel joven era realmente apuesto. Unas cejas arqueadas que le daban un
aspecto frío, labios delgados y piel blanca. Con unos ojos rasgados (y casi
feroces) de color claro. Tan alto como una torre.
—Si pregunto es porque me importa. —hablando un tono más bajo, todo aquello intimidaba un poco
al peliazul.
— Pues aquí vive alguien
a quien espero, es todo. — respondió de forma seca. Cerró los ojos
dándole una calada a su cigarro. Era el típico chico malo de Seoul. Por un
momento Junsu se quedó pasmado por el timbre profundo y varonil de su voz. Si no fuera por ese acento jocoso podría
hacerse pasar por un modelo, un idol.
—¿Jaejoong?
Lo siento, no vive conmigo. Me equivoqué
esa vez-
—Mientes.
— Eunjae soltó el humo de forma elegante.
— Yo mismo investigué la dirección de su trabajo. Tengo amigos en ese
hotel que lo conocían y sabían que es mío.
Estaba
hablando de su hyung como si fuera una cosa, todo el encanto que tuviese en su
apariencia era malogrado por ese comportamiento insoportable. ¿Cómo alguien tan
bueno como Jaejoong estaba con él?
—Jaejoong
no quiere verte, Eunjae-ssi. No lo busques aquí.
Una
sonrisa sarcástica cruzo por su perfecto rostro: — De acuerdo. No lo buscaré
más por aquí. — Subió un pie a su motocicleta
para montarla,luego se marchó a toda velocidad por la carretera.
:-:
—¿Cuál es
tu canción favorita entonces? — Estaban recostados en la alfombra de la
habitación mientras ambos compartían los audífonos del celular de Changmin.
—Hmm…
honey funny bunny.
—Ah. —
Changmin volteó el rostro para verle. Era la
qué menos habia imaginado para que le gustara.
—Me gusta
la voz de Yunho.
—¿Y la
mía? — Jaejoong mordió sus labios, sin responder, tentándolo. Changmin se subió
arriba de él. —Responde, tú, tonto.
—Vale, no
te acerques tanto. — Sin embargo apoyo sus manos en aquel pecho. — Shim
Changmin, Love in the ice.
—Respuesta
correcta. — habló seriamente para después darle un poke en la frente. — Estoy influyendo en tu cerebro.
—Eso es
enfermizo. — Changmin se acercó para besarlo pero Jaejoong volteó el rostro. —
No quiero.
—¿Porqué?
— apoyó sus labios sobre la mejilla del pelinegro.
—No
puedes besarme siempre que te dé la gana, muy mal, Changmin. Tienes que
ganártelo.
—Te daré
la almohada más cómoda para dormir.
—Vale. —
Posó una mano sobre el mentón de Changmin para juntar sus labios.
:-:
—Hasta
los últimos asientos. — le susurró al oído un Changmin con una gorra marrón y
lentes oscuros. — Esta vez habrá coreanos en el vuelo, quiero privacidad.
Jaejoong
obedeció inmediatamente, no quería causarle los mismos problemas anteriores a
Changmin. Se sentaron en la última
esquina, donde nadie pudiese verlos a menos que se acercaran directamente hasta el asiento.
El moreno
rodeó sus hombros con un brazo. — Vamos a tener problemas al salir. Hablé con
manager hyung…algunas fans se enteraron que estaba en Paris, por suerte no
contigo, me dijo que saliéramos por puertas separadas.
—De
acuerdo.
—No, yo..
— Changmin terminó la oración entre dientes. — Quiero salir contigo por la
misma puerta.
—¿Qué?
¿Por qué? Changmin, no es buena idea.
—¿Cómo
puedo regresar por ti después? Voy a llevarte a mi casa. —Estaban hablando en
susurros, con los rostros juntos.
—Puedo
darte un teléfono, no te preocupes.
—¿Cómo
regresarás?
—Estaré
bien. Hablaré con alguien para que me recoja. — Changmin frunció el ceño ante
eso. ¿Por qué cuando Jaejoong se refería a otras personas nunca mencionaba
nombres? sólo Changmin era el que decía “Kyuhyun esto, después Hyunjae me
dijo…” cuando platicaban.
—¿Quién?
¿Junsu? ¿Eunjae?
—Junsu. —
contestó fríamente (adoptando casi la misma actitud que Eunjae cuando no quería
hablar de más, cortante) y es que tan solo escuchar ese nombre en la voz de Changmin, le ponía
incomodo. Simplemente quería olvidar que ese hombre existía, borrarlo de sus
recuerdos.
—Está
bien, Jae. Tú ganas. Pero no vuelves a desaparecer porque después comienzas a pensar cosas que,no deberías. —habló refiriéndose a la ultima vez.
:-:
—¿Cuándo
va a regresar?
—Escuché
al jefe hablando con él. El próximo sábado. — Respondió el pequeño muchacho con
un traje de mesero igual al de Jaejoong, de quien estaban hablando
precisamente.
Eunjae
removió sus cabellos oscuros. — Ve a trabajar, Naemun-ah. Gracias. — le dio una
sonrisa sincera a su primo menor.
—Espero
que las cosas entre ustedes se arreglen. — Se alejó haciendo un ademán de adiós
con su mano. —Nos vemos, regresa pronto, hyung.
Eunjae
jugaba con su encendedor metálico prendiéndolo y apagándolo. Una sonrisa completamente diferente se dibujó en sus labios.
Él sabía
perfectamente que Jaejoong nunca lo
habia querido pero que necesitaba dinero y haría lo que fuera por sobrevivir en
un barrio tan peligroso como ese, el pelirrojo usó eso a su favor. Y Eunjae lo
aceptaba porque la primera vez que habia visto a Jaejoong supo que terminaría
siendo solo suyo.
Él fue
quien hizo que no pudiese conseguir trabajo o que lo despidieran. Absolutamente
todo planeado para dificultar su vida y así poder tenerlo finalmente en sus brazos. Ahora lo traería de vuelta pero primero
tendría que alejarlo de Choikang Changmin.
¿Jaejoong
realmente creía que lo dejaría ir así sin más?
-------
Personalmente… me encanta este personaje Jung Eunjae~~