1. El pie derecho se venda generalmente primero, seguido por el pie izquierdo, usando un vendaje en el que los dedos del pie son forzados a doblarse hacia la planta del pie. Sin embargo, el dedo gordo no es vendado, ya que será indispensable para no mermar completamente el equilibrio del cuerpo en el futuro, y su apoyo será necesario en la etapa de preparación del Loto de Oro. Los vendajes, después de que fueran apretados, se cosían. Sobre el pie se pondría un par de zapatos puntiagudos, dando fin a la primera etapa.
Los zapatos debían cambiarse con frecuencia para evitar el crecimiento del pie. Esto sucedía cada dos semanas generalmente, siendo cada nuevo par de zapatos más pequeño que el anterior.
How is he _____ these days? I hope he is doing well.
Getting along: LLevarse bien.
Are you going to _____ with your cousin while in town?
Get in touch: Ponerse en contacto.
I'll be home late. Please don't _____ me.
Wait up for :Esperar por.
Who will look after your dog while you are away.
¿Quién va a cuidar de su perro mientras usted está ausente?
Totally Lost.
Prologo.
«Solo quería verlo sonreír por un segundo ya que por alguna extraña razón, eso le daba esperanzas de que él algún día podría hacerlo también.»
Changmin conducía con las
ventanas del auto abajo. Pequeños copos
de nieve caían en el asiento copiloto. Se estacionó frente a un parque. Los
arboles sin hojas, la nieve donde se supone deberían estar las flores. A Changmin no le importó si quiera un poco el
deplorable paisaje.
Unos cuantos metros más y el
parque en realidad era un cementerio. Caminó con pasos rapidos y forzados, debido
a que sus zapatos negros se hundían en la capa de nieve. Las rejas estaban abiertas a la primera fila
de tumbas y estas a unos cuatro metros
de un barranco, el cual regalaba una hermosa vista hacia las luces de Seoul. Habia una pequeña cerca de madera oscura, que probablemente
serviría tan solo como decoración. Cualquier desesperado podría tirarse fácilmente
de ahí y morir.
Changmin se arrodilló ante la
única tumba con flores rosadas y frescas aún, la tierra recién puesta.Frente a él, una tonalidad violácea
pintaba el cielo, los copos de nieve caían sobre el nombre grabado en la tumba. Estaba solo.
“Lo lamento…yo…” Su voz se quebró. Justo ahora tantas cosas
significaban un lo siento.
«Siento no haber sido un buen
hombre para ti, no haber cumplido todas las promesas que hice, siento no haber estado ahí cuando más me
necesitabas.»
“Yo me retrasé un poco por
la nieve.” Changmin se sentó en el suelo,
abrazando sus rodillas. Pasó una mano por la tierra húmeda con pequeños copos
acumulados sin derretirse aún. “Debes tener frío.”
Changmin reprimió un sollozo. Deslizó sus dedos un
tanto entumecidos por el mármol, justo
momentos después unas cuantas gotas transparentes cayeron en la blanca
superficie.
Su cubrió su boca con su
mano, convencido en que hubiese sido mejor no haber venido a la tumba de su
esposa apenas una semana después de que hubiese sido el funeral. No volvería a
ver nunca más a Annie. Su precioso rostro y sus ojos dulces y claros. El familiar
perfume a fresas eventualmente
desaparecería de sus cosas. Changmin tenía miedo como un condenado de que ese día
llegara.
Se acostó en la superficie
dura, con el frío calándole en la espalda, llegando hasta su piel y haciéndole temblar,
a pesar de llevar chaqueta y suéter. Cerró sus ojos, sintiéndolos extraños por las
lagrimas secándose en sus parpados y mejillas.
Entre sueños, se vio a si
mismo entrando a casa, Annie no respondía a sus llamadas y habia decidido pasar a verla en la hora qué tenía libre. Le preguntó, en voz alta, pensando en que
estaría en la parte alta,sí se sentía mejor.
Annie habia tenido algo de fiebre ese día y se habia quedado en casa a
descansar. Pero no hubo respuesta. Decidió subir las escaleras y antes de llegar
la vio en el suelo. Los cabellos negros
manchados de cierta sustancia roja y espesa que se extendía por la alfombra.
La escena siguió repitiéndose
al menos cuatro veces más, hasta que despertó llorando.
Si se hubiese quedado en
casa a cuidarla nada hubiese sucedido, es lo que pensaba una y otra vez desde
que había estado en la sala de espera en el hospital.
Aún con la respiración
acelerada se dio cuenta de donde estaba. Se levantó temblando por el frío que hacía,
o por las convulsiones de su llanto.
Changmin forzó su vista a través de la oscuridad. Lo único que pudo ver fueron las luces de los autos, los
edificios y las casas a lo lejos.
Como si esto le dijera que
el mundo seguía dando vueltas aún a pesar
de que su otra mitad ha muerto. ¿Cómo podrá
él continuar y reincorporarse a esas luces? Y la verdad, era que no quería
hacerlo. No quería seguir. Quería estar con Annie para siempre. Se quedaría en este lugar, hasta qué como si
se tratara de alguna presencia sobrenatural, ella se lo llevará al otro mundo.
El resto de la noche,
Changmin no durmió, se mantuvo con los ojos muy abiertos. Observando las
aterradoras siluetas que creaban los arboles y las tumbas, mientras estaba
sentado a un lado de la de su esposa.
Entre el silencio absoluto,
escuchó unos pasos que se acercaban. Quiso decir “Annie” esperando estúpidamente a que se tratara de ella.
Pero antes de que pudiese
abrir la boca, una sombra oscura más alta, paso a través de él, y en un
instante, habia alguien, parado justo en la orilla del barranco.
Solo
pudo ver por su silueta oscura que era delineada por las luces que se trataba
de un chico.
“¿Qué
demonios está haciendo?” se preguntó, aterrorizado cuando aquel chico se paró
sobre la inestable cerca de madera. “¡Oye...oye,
detente!”
Habia
saltado del barranco. Changmin olvidó su propia realidad y corrió, sin pensar
en la horrible escena que vería de un cuerpo
estrellando contra la superficie rocosa.
Pero
no habia nadie ahí. “¿¡Estas bien!?”
Aunque era una pregunta tonta, no se le ocurría qué decir ni cómo comportarse
en una situación como esa. Probablemente
él habría rodado hasta más abajo, hacia la espesa vegetación.
Repentinamente
escuchó los mismos pasos a su espalda. Dio la vuelta sin saber qué ocurría. Ahí
estaba el mismo chico. Su cara alumbrada
por el único poste de luz que precisamente solo iluminaba la cerca.
Tenía
un suéter ancho color azul grisáceo y unos pantalones negros. Habia miedo y desamparo en sus grandes ojos
negros. Su pecho subía y bajaba agitado, su corazón latiendo tan o más rápido que el de
Changmin, en quien no reparaba, si no que aquel extraño joven mantenía su vista
fija en el barranco.
Sus
labios temblaban, parecía que en cualquier momento se pondría a llorar.
“Oh…dios
¿Por qué?” Escuchó que preguntaba en un lamento. Ambos estaban a tan solo unos
metros de distancia. “¿Qué se supone que
es esto? ¿Qué voy a hacer?”
Changmin
se acercó con cuidado. No sabría decir por qué, pero la expresión del muchacho
le dolía profundamente. Al menos debía tener la edad de Changmin y ver su
sufrimiento, aumentaba el suyo. Solo quería verlo sonreír por un segundo ya que
por alguna extraña razón, eso le daba esperanzas de que él algún día podría
hacerlo también.
“¿Necesitas
ayuda?” Trato de suavizar su tono tratando de demostrar tranquilidad, pero la
verdad era que también estaba asustado. Changmin lo habia visto tirarse de al menos
cinco metros de altura y aparecer completamente ileso cerca de él. “¿Puedes
decirme tu nombre?”
Cuando
el chico posó su oscura mirada en él, sintió que algo le atravesaba, algo que
jamás habia sentido. Como si su cuerpo estuviese fascinado por la atención de
esas pupilas dilatadas, pero también una inexplicable necesidad de alejarse del
pelirrojo como si fuese peligroso.
“No
sé mi nombre exactamente. Solo sé que tenía que venir aquí y… su nombre estaba
grabado en el mármol… y después vi las luces y el barranco y…” Respondió entrecortadamente sin saber explicarse, después de algún momento de trance. Fue entonces cuando
la primera lágrima cayó de su pálida mejilla, hasta rozar su mentón.
“¿Cómo?”
Pasó saliva para aliviar el nudo en su garganta. “¿Cómo fue que estás vivo sí caíste
desde ahí…?
Otra
lágrima se deslizó. Changmin se dio cuenta de lo poco abrigado que iba el chico, y
aunque él mismo temblaba de frío, al otro no parecía afectarle en absoluto.
“Creo
que no lo estoy.”
Capitulo 6.
Tulips and strawberry
Al
despertar hay una luz debajo de mi puerta.
Como mi habitación está absolutamente a oscuras puedo visualizar
fácilmente los números fluorescentes del
reloj.
( read more...)
12(2)
Durante dos días habia
mantenido la mirada baja, como si
estuviera resignado a la decisión del pelirrojo.
Subió las escaleras con
algo de cuidado. Estaba incomodo. Dolía.
Pero más bien tenía
ganas de regresar corriendo a pesar de su extraño estado a romperle el labio.
Imposible, por
supuesto. Eunjae era más grande, mucho
más fuerte y despiadado. El tenía
experiencia para pelear incluso con sujetos que le triplicaban el peso, al
contrario de él que jamás se habia enfrentado
a nadie.
Esperó a escuchar la motocicleta de Eunjae. Lo
visualizó a travez de la ventana. Se
habia cambiado de ropa. Si no lo conociera diría que tenía pinta de un chico
bueno, como el de aquel drama donde salía Yoochun que él y Junsu habia estado
viendo la última semana después de que
regresara de Paris, montó la motocicleta y aceleró de poco a poco antes de marcharse
calle abajo. Probablemente a su trabajo.
Jaejoong en el pasado no sabía
que era, sólo sabía que era algo ilegal y ciertamente muy peligroso al ver la
variedad de pistolas que Eunjae habia manejado desde que lo conocía.
( read more...)