Canción: Romance-Yuhki
Kuramoto.
Jaejoong tiene tanto frio que decide correr todo lo que sus delgadas y
cortas piernas dieran. Es un error, es
como si el viento casi congelante estuviese enojado por eso y da pequeñas
bofetadas contra sus mejillas. Las cuales algo rojas por la temperatura baja
aun en el salón, están ahora tintadas de
un liguero azul pálido. Cree que correr
hará que por lo menos su
cuerpo aumente un par de grados, y de paso llegar más rápido a la
estación del metro. Nada de eso pasa.
Peor aún, resbala o
tropieza con la nieve -no lo sabe
realmente, quizás se debe a lo torpe que
es- y por esa razón taclea a alguien por
accidente y ambos besan el piso.
Debe
disculparse, claro esta. Pero los gatos
aman la lengua de Jaejoong y siempre se la comen en presencia de este chico.
Bien,sólo una
escusa. En realidad le pone muy nervioso porque le gusta mucho.
Shim Changmin.
Sus casi uno
noventa metros debajo de su cuerpo frio.
Puede sentir el
calor que desprendía, por supuesto iba bien abrigado, nadie le ha escondido su
abrigo como lo hicieron con él aquella mañana.
Se obliga a
levantarse, a pesar de que le tenta abrazarse a él para disminuir el frío y aprovechar para intentar adivinar que es
ese delicioso aroma.
Él solo lleva
una camisa de manga larga muy escotada del pecho, intenta cubrirse
para despues de dar algunos pasos hacia atrás para permitir que el otro se levante.
—Lo siento…
—Sí, no hay problema.
— dice Changmin con un tono duro en su voz, casi entre dientes. Levanta
su mochila del suelo. Ni siquiera lo ve
y sigue su camino.
Observa al castaño alejarse en dirección contraria.
Genial ahora tendrá una peor impresión de él. No debería
importarle mucho, después de todo Jaejoong es de los que no actúan, si no que
observan y aprecian desde lejos.
Así habia sido
los últimos dos años.
Changmin va dos
años adelantado para su edad y ellos siempre han estado juntos en el curso. Lo más normal hubiese
sido que Jaejoong se acercará para hablar con él si es que le habia interesado.
¿Pero como
puede hacerlo? Changmin inmediatamente
ganó el aprecio de todos,su popularidad creía cada año y eso lo hacia aún más
inalcanzable.
Y él aunque
quiere mantener un bajo perfil,gracias a su piel demasiado palida
y los ojos más grandes que un coreano promedio, además de que siempre ha sido
un tanto delicado con gustos poco comunes en la ropa oscura.
Los chicos lo
molestan continuamente por todo eso. Lo más penoso es que Changmin habia sido
testigo en varias ocasiones. “Ignoralos ” habria pronunciado cerca de él una
vez, mientras salian del edificio. Pero no esta seguro si se dirigia a él
realmente, incluso si lo ha imaginado.
Pero esta bien,
se dice, no importa de verdad. Porque en una semana finalmente se graduarán y
no lo volverá a ver (aunque eso le parte el corazón). Jaejoong viajará a Japón estudiar
fotografía.
Y esta decidido
a dejar que nadie lo pisotee de nuevo.
También esta
dispuesto a olvidar su amor unilateral-platonico-por
siempre no correspondido.
…
(*)
Camina
rapidamente, ha sentido más vergüenza que cuando lo vio sin pantalones
intentando alcanzar una toalla fuera de los vestidores.
Nunca ha visto
piernas más bonitas en alguna una chica,
es lo primero que pensó aquella vez.
Ha estado tan
cerca de él justo hace unos minutos,
pero temió que pudiese asustar al chico si le pedía una cita, muchos lo
han hecho en broma, burlandose de su apariencia androgina. Y no quería ser
malinterpretado.
Realmente le
gusta.
Pero
Changmin lleva más de tres años
queriendo salir con él. Por él fue que aplicó el examen para que lo adelantaran
de año. Y cada año ha hecho todo lo imposible para quedar en su mismo salón, es
facil si tu padre es el subdirector.
Sin embargo,
haciendo todo eso, no es capaz de hablarle. No puede. Él, que tiene grandes conversaciones con los maestros, y un
amplio vocabulario que siempre ha usado
con maestría. Jaejoong parece tan extranatural y perfecto para él que le intimida y no puede siquiera decir o hacer algo. Ni
siquiera puede defenderlo de verdad.
Jaejoong no lo sabe pero siempre que ve que los demás lo molestan, los
confronta para que le dejen en paz. Pero no puede hacerlo frente a él.
Y quizas, solo quizas esta era la oportunidad
que habia estado esperando, pudo haber dicho algo gracioso para romper el hielo
e iniciar una conversación con él y lo ha arruinado. Se maldice por haberlo
seguido para cuidar que estuviese bien. Como se ha arrepentido de no poder
siquiera ofrecer su abrigo, eso hubiese podido comenzar algo.
Realmente puede
ser tan torpe para estos asuntos. Seguramente se mostró como si estuviese
molesto con él, pero simplemente estaba demasiado nervioso.
Ha intentado
borrar cualquier emoción en su rostro para alejarse, casi huir de él.
No sabe que
después se arrepentiria una semana después.
**
Tiene que
recoger algunos papeles que constan sus buenas calificaciones para enviarlos a
la universidad en el extranjero. Después
asistir a sus clases de japonés, terminar de empacar y dejar al gato con su hermana.
Toca la puerta
de la oficina.
— ¿Puedo ayudarte en algo? — Changmin está sentado en el
escritorio para reacomodar las fichas.
El subdirector esta indispuesto ahora, así que tiene que atender al
pelinegro. Sus ojos se abren cuando finalmente alza su rostro y ve de quien se
trata.
Jae baja la mirada:
— Yo… — tiene que hablar directamente
con él sin preparación mental previa.
Por suerte ve su nombre en una de las carpetas que sostiene Changmin.
—Vine por la carta de la preparatoria.
Changmin asiente.
Muy pocos obtienen una, y si llegas a tenerla, entrar a cualquier
universidad será relativamente fácil.
Busca el nombre de Kim Jaejoong y se la entrega en una
sobre. Sus manos entran por un segundo, en contacto.
— ¿A… que universidad entrarás? — inquiere Changmin, tenía
pensado investigarlo para después, pero
quiere atreverse a hablarle directamente.
—A la universidad de artes
en Tokio. — le dice, extrañado por la pregunta. — Fotografía. —aclara.
—Yo..También estudiaré eso. Pero Japón está muy lejos.
—replica.
—Perfectamente lejos… — suelta sin querer. Sus miradas se
encuentran, parecen entenderse.
—Para comenzar de nuevo. — para sorpresa de Jaejoong
termina la frase que habia pensado.
—Sí, exacto. —
El pelirrojo guarda el sobre en su carpeta. —Gracias. Adiós.
—Hasta pronto.
*
Aquella mañana Changmin, recibe las cartas de aceptación de
muchas universidades en Seoul y otras en Japón. Y realmente no puede estar más agradecido
consigo mismo, por haber pensado en la posibilidad de estudiar en el
extranjero.
Más tarde encontrar la dirección no fue complicado, ni llegar al lugar. Tampoco entrar al elevador,
ni tocar la puerta del departamento. Ni aceptar la invitación a entrar y…
hablar con Jaejoong ciertamente fue muy
placentero.
Lo difícil de verdad fue verlo a los ojos, soltar esas tres
palabras, veintidós letras, qué,
maldición, debió haberlas pronunciado dos, tres años antes.