Una mirada, una promesa oculta en ella y con miles de recuerdos más; es la despedida.
Jaejoong entendía esto. Conocía tanto a Yunho, su cuerpo y mente.
Yunho jamas haria nada por los dos, por sus sentimientos.
Por aquel supuesto amor que alguna vez dijo le sentir.
Para Yunho era mas facil, y posiblemente menos doloroso, hacer como si nada hubiese pasado.
Para Yunho aquel beso nunca existió.
Jaejoong ya lo sabía lo que pasaría. Qué si se enamoraba de un hombre, y mas de uno como Yunho que siempre hacia todo por los demas y dejaba su felicidad en segundo plano.
Y con eso, la de Jaejoong.
Jaejoong lo sabe bien, él conoce a Yunho, supo que sufriría pero no puede evitar amarlo.
Jaejoong lo acepta.
Encendió un cigarrillo, su olor fundiendose con el de la lluvia que acaba de parar.
Una vez consumido, lo depositó en el cenizero en la mesa del balcón.
La televisión encendida podia escucharla desde afuera.
Aunque sentia aquel doloroso calorcito en su pecho, no iría a apagarla.
La bonita risa de Yunho resonaba por todo el departamento gracias al alto volumen del televisor, Yunho sentado junto a quien alguna vez fue la mejor amiga de Jaejoong y con una desconocida.
Pero la voz de Yunho se escuchaba perfecta, hermosa, varonil.
Jaejoong la escuchaba, imaginando que en realidad Yunho se encuentra en su sillón negro viendo la televisión.
Como en el pasado.
Cierra los ojos, escuchando el programa, pensando en algo imposible.
Finalmente enciende otro cigarrillo, para evitar llorar.
Inhala el humo, haciendose daño.
Despues de todo, Jaejoong entiende a Yunho. Él tampoco hará nada por los dos,para que puedan estar juntos evitará crear más problemas.
Sin embargo, no puede evitar amar más, sufrir más.
"Aún.."
Jaejoong puede ver el anochecer, algo que no hacia desde que era un niño.
El húmedo olor de la lluvia y los colores anaranjados y violaceos le traen paz.
Borra el último de casi mil de sus contactos. Deja uno de tres celulares sobre la mesa de cristal. Tira el cigarrillo sin terminar en el cenicero por lo que se forma una delgada figura de humo nocivo.
Sus labios pálidos sonríen, la sonrisa que todos saben representa una lágrima.
Quizas duele un poco, pero no quiere volver a ser una carga para nadie, especialmente para él.
Jaejoong esta decidido a ser quien protega, el pecho fuerte donde sus seres queridos podran llorar y sentirse a salvo.
Hay cinco estrellas que quizas sean las correctas ahora en el cielo negro, que le hace desear esto con todo su corazón.