III
“¿Qué
haces aquí?” Jaejoong retrocedía, Yunho caminó rápidamente hasta entrar en el
departamento. Cerró la puerta tras de sí, después se quito los lentes obscuros
que Changmin habia olvidado en su auto.
Sacó su celular , en seis segundos, le mostraba al mayor aquel último mensaje
recibido.
“¿Y
bien?” Preguntó Yunho en un susurro, perdiendo el control, pues iba
acercándose poco a poco.
“Yunho…
incluso has venido, yo no creí que-“
“¿Por
qué lo apagaste después de llamarme? ¿Después de dos años? ¿Estás jugando
conmigo?” Le interrumpió alzando la voz.
“No,
nunca. No te enojes por favor. No volveré a molestar” habló dolorosamente.
“¿Molestarme?
¿Estás loco?” Yunho rió incrédulo. ¿Dónde estaba aquella seguridad de Hero
Jaejoong? “Ven aquí”
Deshizo
la muy corta distancia entre ellos, rodeando los hombros de Jaejoong.
Abrazándole fuertemente sintiendo como
su enojo desaparecía en un largo suspiro. Por alguna razón se sentía en paz
ahora, la inquietud que habia estado presente por semanas al fin se iba. Aquella calidez ¿Cómo pudo
haber estado por tanto tiempo sin ella? Siempre habia tenido a Jaejoong cerca suyo, que nunca lo habia apreciado lo suficiente,
nunca pudo decirle lo mucho que admiraba su esfuerzo por el grupo, su hermosa voz, sus buenos sentimientos.
Siempre guardando todas esas palabras no
dichas a Jaejoong en su corazón.
Y
ahora después de dos años, se daba cuenta que en realidad lo habia extrañado
tanto, le habia echo tanta falta…
“Y-Yunho”
Jaejoong deslizó sus brazos por la cintura del más alto, hundiendo con algo de desconfianza su rostro en aquel
perfecto pecho.
Los
rápidos latidos de su corazón le ponían nervioso, pero tambien aquella dolorosa
preocupación de su Yunho fuera sustituido por otro. Si los abrazos de Yunho siempre lo ponían
nervioso, ahora simplemente no podía explicar lo que sentía.
“Tenía
un poco de miedo” susurró Jaejoong como le fue posible. “Lo siento y tambien
por tener este número, Heechul…”
“Está
bien” Yunho acarició la espalda de Jaejoong, dios, incluso tambien la habia
extrañado.
¿Cuántas veces no habría abrazado esa espalda en el pasado? Al principio solo por fanservice,
pero después se le habia echo su más inmutable costumbre. “De todas formas
tenemos una conversación pendiente. ¿Sabes que no lo he olvidado, verdad?”
“A
que te refieres… a eso…”
“A
esa noche, a tu extraña actitud desde entonces, a ese Te quiero demasiado que Kim Jaejoong nunca habia dicho para mí”
“Era
la verdad después de todo” Ambos se alejaron lentamente, luchando con el
extraño magnetismo que sus cuerpos siempre han tenido desde que se conocieron.
“¿Era?”
“Es” corrigió,desviando
la mirada “ ¿De que quieres hablar?”
“ Estoy cansado, ¿ambos sabemos
que lo que tenemos hablar nos hará
discutir un poco, no? No tengo ganas de eso.” Yunho le tomó por la muñeca.
“Vayamos a dormir.” Dijo como si fuera
lo más natural, como si lo hicieran todos los días.
Jaejoong asintió, guiandole hasta
su habitación. Mostraba un pequeño
desconcierto, apenas hace unas horas
pensaba en ver a Yunho como un sueño imposible y justo ahora compartirian cama.
Parecia como si el cielo le
estuviera haciendo un favor.
No tuvo que prestarle a Yunho ropa
para dormir, puesto que este ya llevaba
la suya propia. Jaejoong no quiso pensar en que seguramente Yunho habia salido
corriendo despues de saber que él queria contactarse con él. No soportaría un
ritmo aún más rapido en su corazón. Y
sin embargo no pudo evitar esto cuando le vio sentado en su cama. Parecía
demasiado irreal aquello, el visualizarlo en su habitación. Jaejoong tantas
veces le habia extrañado antes de irse a dormir en aquel lugar y ahora él
estaba aquí y ahora.
Era demasiado para ser verdad, lo
era. Parecia ser más creible que él hubiese tropezado con el cargador en su
ipad para golpearse la cabeza y estar alucinando esto.
Jaejoong uno de sus mechones de cabello detrás de su
oreja, suspirando.
“¿No piensas venir?” preguntó
Yunho, acostandose bajo el edredón negro, dejando un espacio para su amigo.
Jaejoong caminó rapidamente y se
metió en la cama, antes de que sus rodillas colapsaran. Suspiró
profundamente, después de apagar las
luces.Comenzaba a ver la realidad, lo que solo provocaba que sus ojos , faciles
para derramar lagrimas ahora, hicieran exactamente eso.
Yunho debía tener una excelente
visión de noche, porque inmediatamente lo nóto y no pudo resistirse a acercar
aquel calido cuerpo hacia él.
Abrazados intentaron dormir,
rogando porque no fuera un sueño.
Cuanto más pasaba el tiempo, más
sensible era, pensó Yunho quien
comenzaba a sentir sus ojos calientes.
Sin embargo, los sentimientos de
paz y felicidad seguían ahí.